Somos el frío de la calle en unas playas del sur,
Somos el crío,
Los sueños se nos caen caminar,
No me rindo,
No rezo a ningun dios,
Escribo lagrimas,
El agua de mis versos depuran del potencial.
Herencia escondida en un sueño,
Duda es existencial,
Alma inmilitancia y un fusil hecho de flores,
Un puño levantado al frente para que no llores,
Las llaves de qué puerta si no hay tiempo, no hay espacio.
Los margenes mantales nos imponen el cansancio.
La sucia serpiente del precio,
En los esxlavos y los versos,
Los vasos derramados por excesos, encima de mi mesa tengo un plan y un retroceso.
Sexo y reflexiones bajo mi flexo.
El pan de mis escritos,
Las medallas que no brillan, la tierra y la semillas, los que callan, los que chillan.
El bache de la especie en otra noche de verano,
El mal de los primeros hombres que mancho mis manos.
Soy la furia derramada en este suelo echo ceniza,
La mirada de invidia del preso del verso que tetiza los sentidos del alma que lo sufre.
Soy el azufre derritiendo con versos de vida en manto que nos cubre.
Soy la cumbre en otro cielo,
Soy rencor hecho de hielo,
Soy rincon oscurecido,
Soy alcon en pleno vuelo,
Soy terreno que nadie ha pisado,
Soy poesia en pie de guerra narrando los sueños de los desauciados,
Una imagen interrada en una fosa bajo el mar,
La presa que espera que espera el momento y que se va a escapar,
La promesa de poder ver el final,
De ver la cima,
Estoy subiendo esta escalera sin saber donde termina,
Estoy bailando con el diablo, he visto a dios en mis escritos,
He gritado en el silencio,
He vencido sin delito, he llorado y he reido,
He sido todo menos falso.
Mi alma no la cambio por la tuya ni soñando.
Cuando dos cuerpos se separan en ese espacio solo hay silencio y vacio asi que despacio.
El pesamiento siempre podra ser libre, y por suerte las palabras son armas de un increible calibre, por eso vive, y sigue en esta jungla de asfalto donde solo los mas fuertes sobre viven.
Vi como mi vida se iba por el pasillo de un hospital, y actos seguidos de lagrimas paseaban por un funeral, el final, ni siquiera yo mismo lo se, se que a veces sonrio pero otras veces pierdo la fe, el gupierre repartio laa cartas, y la suerte a veces tarda y otras veces ni llega, pero la muerte siempre es exacta