Me detengo a descansar, El sol ha quemado mis espaldas Y mis pies casi están ya por sangrar. La carga es pesada y el camino es largo aún, ¿Quién me puede ayudar para seguir? En mis ámporas no hay agua y no tengo qué comer, ¿Qué haré? sólo esperar morir. Pero escucho una voz de lo alto: "Ven, deja tus cargas en mí, Yo antes ya lo he dicho: Vengan cansados y trabajados. Yo curaré tus heridas con la sangre Que vertí por ti en la cruz. Yo soy tu camino y tu pan de vida, Y, si bebes de mi agua, jamás sed tendrás". Con recuperadas energías Nuevamente empiezo a caminar, La carga ahora me es un privilegio Y el camino es corto al pensar... Que pronto estaré bajo el árbol de la vida Y veré ese gran mar de cristal. Y a mi lado escucharé la voz de mi Señor Como la escuché en mi vida tiempo atrás... Cuando dijo su voz de lo alto: "Ven, deja tus cargas en mí, Yo antes ya lo he dicho: Vengan, cansados y trabajados. Yo curaré tus heridas con la sangre Que vertí por ti en la cruz. Yo soy tu camino y tu pan de vida, Y, si bebes de mi agua, jamás sed tendrás".