¿Por qué tienes que cargar con ese maldito saco de piedras? ¿Por Dios? ¿Por que sí? ¡Por Dios!... Está bien. Te daré información de primera mano a cerca de Dios: A Dios le gusta observar. Es un bromista... piénsalo. Dota al hombre de instintos, os da esta extraordinaria virtud, ¿y qué hace luego? Los utiliza para pasárselo en grande, para reírse de vosotros! Y mientras os lleva como marionetas de un lado a otro ¿qué hace él?... ¡Se descojona! ¡Se parte el culo de risa! ¡Es un payaso! ¡Es un sádico! Es el peor casero del mundo ¿y adoráis eso? ¡Nunca!... Yo tengo los pies sobre el mundo desde que comenzó este puto juego. He alimentado todas las sensaciones que el Hombre ha querido experimentar. Siempre me he ocupado de lo que quería, y nunca le he juzgado, ¿por qué? Porque nunca le he rechazado. A pesar de todas sus imperfecciones, ¡soy un devoto del Hombre! Presiento que no hay tiempo ni oro que malgastar,
Sin novedad en el frente, mi coronel,
La guerra no va bien.
Comiendo del suelo
Separaré la mala hierba del trigo,
Mi corazón es de cartón, frágil, no girar.
Presiento que desciendo,
Me pierdo en tu mirar.
Te cuido de caer, cuido de tu piel,
Cuido de tu Juan sin miedo,
Al dormir quien nos salvó y de qué.
Sigue en mi oración tu fragilidad,
Cristal en flor, tan frágil.
Cuidado con de las respuestas
A un mundo mejor.
Te cuido de caer, cuido de tu piel,
Cuido de tu Juan sin miedo,
Al dormir quien nos salvó y de qué.
Fuimos ayer cogidos de la mano,
Frágil revolución,
Lo que nos queda entre tú y yo,
La melodía de aquellos días,
De tu valor.
Destilas fragilidad,
Repites mis errores,
Hurgando heridas hoy.