Siento el vacío, cae el anochecer. Veo en su rostro algo que me hace enloquecer, Su mirada está perdida ya. Es la dueña de mis sueños, Soy esclavo de su amor, Es la luz que me ilumina, Que me da vida y calor. Silencio y frío, no logro comprender Si es mi castigo o mi regufio, no lo sé. Mi morada arde en la soledad. Busco de nuevo el camino, El que pisé una vez. Mi vida, quizá, mi destino, El ángel que un día encontré. No está en mis manos, no puedo despertar, Es mi tortura el frío que me ha de quemar. Su aroma no lo puedo olvidar. No me pidas que te olvide, Nunca lo podría hacer, Eres la razón de mi vida, El agua que calma mi sed.