Nuestros temperamentos, chocan, colapsan lentamente, Perfectamente La disociación del otro, la perfección del vació. El encuentro de las estructuras, El colapso de la esencia el instinto y la razón. Se enredan nuestros olores, se mezclan los elementos. Las escalas se pierden, El mundo se desvanece ya no hay vuelta atrás, ya no hay vuelta atrás. El deseo echa raíces, el odio inherente a la separación. Al adiós y a tu dios, buscando su perdón. Se instala en el subconsciente, la despedida se hace inminente. Acompañada del silencio obsceno. La cobardía se hace presente. Las escalas se pierden, El mundo se desvanece ya no hay vuelta atrás, ya no hay vuelta atrás. El deseo echa raíces, el odio inherente a la separación. Ya no hay forma de decir adiós, decir adiós. Somos como glaciares, Nos movemos en busca del otro, para evadir, la soledad.