Estuve navegando llevado por el viento Como un barco de papel Buscando labios, buscando abrazos, Y en él recuerdo tu piel. Entre paredes mojadas y pisadas aceras Del color del café, Nervioso y obsceno se muere mi cuerpo. En el número diez De la calle del ansia donde te busqué, Refugiado en el frío del atardecer. Y caí derrotado y caí hambriento De tus palabras que ya no escucho Pero siguen retumbando en el recuerdo. Convertido ahora en nudo Cerrado a cal y canto desde que tus encantos Me han huido. Y paseas desolada sin encontrar La morada que tuvimos, Ya no paras en el mismo cuerpo Que se arrastra por distintos infiernos. Echo en falta tus juegos En nuestras noches de puro sexo Donde el mundo daba vueltas, enloquecido, Sólo a nuestro centro. Pintado de posturas, pintado de aromas, Pintado de cuentos Donde los dos enfrentados en pelea de barro íbamos descendiendo. Ahora sé que te arrastras por distintos infiernos, Refugiada en el frío del atardecer.