Se hizo la luz, nos vino el petirrojo a despertar, Como avestruz que la cabeza no quiere sacar, Si eso ve tú, que me quedo rumiando este desvelo Un ratito más. Menuda cruz, ya le pondremos la ropa a secar, Del ataúd que la carcoma tiene para invernar, Vendrá de azul el cielo con piel de cordero Y dentro del pellejo un negro temporal. No seas cabrón, destino, que no hay tiempo para llorar, Tengo un ratón debajo del botón del lagrimal Empecinado en custodiar cada una de las gotas Por si hay que regar. Y anclar el globo en cada nube si no hay aire, Sin terremotos ni temblores que amenacen Nuestro castillo de naipes, ni un dios que al soplar Lo pueda tirar. Bésame cuando no escriba, Cuando no pueda cantar. Bésame cuando me digas Que solo no estás. Bésame si a los pulmones Sólo les queda alquitrán. Bésame cuando los ojos No quieran hablar. Se cierra para siempre la veda para el que te quiera, Que llevo hasta el culo cargada la escopeta, Que soy el que ladra más fuerte. Que duerma tranquila la liebre que hoy cazo poetas Que tienen las musas cubiertas de mierda. Mientras sigo arando, cribando las letras, Te ofrezco mi reino en un contenedor, Que en mi yugo cabemos los dos. Bésame cuando no escriba, Cuando no pueda cantar. Bésame cuando me digas Que solo no estás. Bésame si a los pulmones Sólo les queda alquitrán. Bésame cuando los ojos No quieran hablar.