Pide lo que quieras madre que ya te lo traigo, Las mononas de tu pueblecito blanco, el jazmín y el olivar, El mandil de recoger los lamparones de llenar los platos, La receta para la sonrisa eterna cuando se endurece el pan. El "vaya usted con Dios" con mil surcos en la cara, La alcayata que sujetará las plantas que nunca se secarán. Desmontaremos el andamio Con calderos para comernos los años En el mismo tren. Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos Y la nana del que no quiso crecer. Pon agua en el cuenco para la mano que moja el carrizo, Pon de la garganta los pellizcos que dan brillo al almirez. Eres todo lo que has dado y a tu lado te sobran motivos, Qué suerte, ay, quién pudiera ser tan fuerte, igual que el papá José. La que limpia las mejillas con saliva y hasta las manchas del alma, La del hilo que zurce los descosidos de cualquier amanecer. Desmontaremos el andamio Con calderos para comernos los años En el mismo tren. Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos Y la nana del que no quiso crecer. Nos escucharán bien fuerte, Que todavía queda cuerda, Hasta en el cerro en el que está la señora, La que volverás a ver. Desmontaremos el andamio Con calderos para comernos los años En el mismo tren. Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos Y la nana del que no quiso crecer.