Trota sierra abajo rumbo al monte,
Con destino de horizonte, desafiando madrugadas.
Corre junto al cauce por el río,
Apero, tierra y camino, sombra de la serrillada.
Con la cincha marcada hasta la vena
Y el recuerdo del fogoncito gurí.
De morada un barrancón o una tapera,
De consuelo un chamamé o un yaraví.
Quincha de tala, espinillo o arrayán,
Nube de pitanga, ceibo y arazá.
Si la ley no tiene techo pal que le erra,
Vela y candil en la sierra será la manta lunera
Si en la noche no delata la perrada,
Pasaré a vino y carneada, poncho de pobre y jergón.
Trota sierra abajo rumbo al monte,
Con destino de horizonte, desafiando madrugadas.
Corre junto al cauce por el río,
Apero, tierra y camino, sombra de la serrillada.
Y que vengan!, mandinga, que se vengan!
Que se vengan que no me van a encontrar.
Del arroyo pa acá ya no hay portera
Que no tenga bajado el alambrau
En los ranchos, hasta por ahi me dan catrera
Y algún resto pa echar en el ensopao
En el pueblo dicen que soy de Rivera
Que en mis pagos me conocen por "Curao"
Que el matrero sólo vive si lo esperan,
Porque en el se apardinean los que escapan del estado,
Los que piden esperando que les dean,
Tierra casa y jornalera que acá pasan de costau
Trota sierra abajo rumbo al monte,
Con destino de horizonte, desafiando madrugadas.
Corre junto al cauce por el río,
Apero, tierra y camino, sombra de la serrillada.
Trota sierra abajo rumbo al monte,
Con destino de horizonte, desafiando madrugadas.
Corre junto al cauce por el río,
Apero, tierra y camino, sombra de la serrillada.
Y que vengan!, mandinga, que se vengan!
Que se vengan que no me van a encontrar.