Si pasas por la vera, del huerto de mi amada Al expandir tu vista, hacia el fondo verás Un florestal que pone, tonos primaverales En la quietud amable, que los arbustos dan Allá es donde he dejado, lo mejor de mi vida Ahí mis juramentos, vagando han de flotar Por que ese ha sido el nido de amargos sufrimientos Donde la infame supo de mi amor renegar Quien quiera con el alma el corazón no mande Quien busque amores buenos que dejen de soñar El corazón y el alma son dos fuerzas humanas Que emprenden una senda para no regresar Sus afectos son leyes que gobiernan y mandan Labrando así la dicha como también el mal Y reciben y cumplen las voces del destino Que tan pronto nos rien como nos hacen llorar (o nos hacen llorar