No es la ciudad Es la tierra Con sus perfumes Sus cuentos La negra tierra planicie Con ese cóncavo cielo La presencia de los ríos En la humedad de los vientos Las torturitas del clima Y sus remedios Desértica caminata Por la viña de millones Ganada por los árboles La expampa se impone Extensión de corales Que alberga un gentío Me hablan las veredas En un idioma mío Es lo más eterno Que yo haya vivido Por eso no me canso De volver al ombligo A ser bicho que puebla tu selva Y bebe tu río