Dizque no me quieres porque soy humilde, Porque nada valgo, porque nada tengo; Porque mis pasiones son menos que el polvo Que inconscientemente cada rato vuelan. Humilde fue el dulce Jesús Nazareno, Cubierto de llagas de fe y de tristeza. Humilde se esconde por entre las zarzas La débil violeta. Humilde es el agua que baja cantando De las altas peñas. Y tú, la soberbia, luces las violetas Y bebes el agua y a Jesús le pides. Dizque no me quieres porque soy humilde, Porque nada valgo, porque nada tengo (bis).