Y agarró al más pequeño de sus hijos y se fue Pero no regresó Al atardecer, cuando el sol alumbraba Solo las puntas de los cerros Fuimos a buscarlo Anduvimos por los callejones de Lubina Hasta que la encontramos metida en la iglesia Sentada mero en medio de aquella iglesia solitaria Con el niño dormido entre sus piernas Aquel día en que amaneció con la nueva De que su mujer se le había ido Ni siquiera le pasó por la cabeza La intención de salir a buscarla Dejó que se fuera sin indagar para nada Ni con quién ni para dónde Dejó que se fuera Como se le había ido todo lo demás Ya lo único que le quedaba para cuidar era la vida Era la vida