Aquí están nuevamente mis hijas a mi lado He colgado los cuadros He juntado mis libros He conquistado el pan otra vez Y he llorado, por cierto, tantas veces Mas, también he vivido Todavía no han salido de mi tierra mis almas Ni han nacido los versos que escribiré algún día Cuando el puño cerrado y el corazón en calma Rimen odio y amor con honor y alegría Poco tiempo ha pasado para que el asco cese Para que el desconcierto de los menos se vuelva certeza Y aparezcan los que hoy no comparecen Esgrimiendo su cara personal Una huelga, una víctima, un jueves, un hombre torturado Un muerto inolvidable, una mujer violada, un asunto pendiente O esgrimiendo un pecado hasta morir Doy fe: mis versos no son nada Pero he vivido. He sido, de los más Un ingenuo cantor salido al mundo con unas pocas fotos Un libro, unas memorias escritas en cuadernos que hablan de mí La historia la están haciendo otros Ni siquiera quería saber de nuestros muertos Sus nombres, ni sus días en qué fecha acabaron Facturé dos valijas en el triste aeropuerto Como si en ellas fuera mi corazón cerrado Yo había estado viviendo, metafísico y lento Sin entender gran cosa de lo que sucedía Pensaba que rimando dolor con sufrimiento Conjuraba la secta soldado-policía Llegué a España en septiembre Pensando que Pacheco de embajador Sirviente de nuestros enemigos Seguía siendo el objeto de mi canción No tengo más que una voz Y un fuerte corazón por testigo Y, por cierto, de nada sirvió La inteligencia española y mi fama de cantor peligroso En una España nueva convertida en audiencia Me hicieron prisionero, culpable por culposo Y es que no era Pacheco mi enemigo Ni era yo portador de nada más que de mi conciencia Y en mi conciencia estaban y todavía me esperan La voz de nuestro pueblo, su ardor y su inocencia La justicia no es prenda que conquisten algunos Para multiplicarla como pan milagroso La justicia es trabajo, es coraje y ayuno Amor y luz que encienden los pueblos victoriosos No hemos triunfado, es cierto; yo triunfé mucho menos Como cantor no he sido más que un hombre famoso Discográfico, turbio en el error, un trueno mal afinado A veces, un trueno estrepitoso Pero el Uruguay nuestro, el Uruguay de Artigas Se alzará entre los sables que hoy son de oro macizo Y esto será muy pronto No porque yo lo diga, sino porque lo dice nuestro pueblo insumiso Una vez más he visto que de protagonismo se acaba mucha gente Que es pura burguesía pensar que los caminos que van al socialismo Comienzan en un libro, un grupo, una teoría Cualquier paisano sabe que cuando es necesario ganar un bueno El resto se puede dar sin nada Pero han de conocerse las cartas del contrario Y tener en la mano la flor amartillada Los que estamos afuera, compañero, sufrimos El partido se juega y nosotros sabemos lo que hay que saber Nunca nos fueron ni nos fuimos Y jugaremos juntos el bueno de los buenos Somos muchos en Francia, en Holanda, en España Yo les escribo ahora en tierra mexicana Pero estos versos nacen allí Donde la entraña de nuestro pueblo engendra la historia de mañana Hace poco que Pedro se murió en Nicaragua Ayer mismo llegaron los diarios clandestinos del Uruguay Hoy lunes La ciudad de Managua me recibe y me extiende la mano de Sandino Y es que desde el pasado viene un hilo de sangre Sube desde el otoño al puño del verano En el miedo y la ira, en la muerte y el hambre La vida está sembrando nuestro triunfo cercano Volveremos los idos y los recién llegados Uruguayos nacidos en otras primaveras Que traen en los ojos sus pájaros pintados La certeza de luz puntual que nos espera