Siento el horizonte arder Entre la luna y el sol, Mi esperanza es un rumor, Vibra la noche adentro, Su lamento tiene mi voz. Parida en coplas sacheras, Junto a la tierra supo esperar La lluvia y el tiempo justo Para que el mundo pueda escuchar. Salamanca en el quebrachal, Un retumbo en la inmensidad, Canto inmemorial de mi lugar. Mortajas del dolor, del corazón Que me hieren todas las deshoras, Una espera eterna en la estación, Soy viajero apenas con la aurora, Un romance, viejo amor. En el pobrerío está, Copla que nació una vez, Sola se dejó querer, Vino en el viento norte, Fuego y monte de atardecer. Y viene después la noche Trayendo miedos de oscuridad, Pero se rompe el hechizo Si una vidala en la soledad Con la luna enciende el ritual, Infinita luz inmortal, Duelo del amor para cantar. La luna de un adiós se derrumbó Por picadas que trajo el verano En la muerte del árbol mayor, La tristeza del domingo andado En vidala se hizo flor. Siento el horizonte arder, Mi poniente es renacer La conciencia del ayer, Siempre la chacarera En luna llena me hará volver. Mi canto es decir lo simple Y mi fundamento está en recordar, Memoria de los caminos, Me dio el destino este trajinar, Sigo entre la luna y el sol, Mi esperanza es sólo un rumor, Duelo del amor para cantar. Letra: Diego Brandán