Amados coterráneos, yo quisiera decirles Recordando a Lautaro y al valiente Rodríguez Hoy que todo nos venden, muy justo es rebelarnos Aunque nos descuarticen al medio de la plaza Aquellos que bendicen la propiedad privada Nuestra tierra nos llama, canto de barricadas Y aunque no quede nada, al fin iremos dignos A vivir caminando, jamás arrodillados Con toda nuestra historia, contra los desgraciados Fuerzas acumulando, que el amor es más fuerte Que el odio adquirido, a colorear las calles Y correr con los perros ladrando de cariño Nuestra tierra nos llama, la heredarán los niños Los muertos nos dan alas para elevar el alma Amados enemigos perderán la palabra Se partirá la tierra, el oro valdrá nada Cambiemos portaviones por panes y frazadas Antes que esta gran olla haga capulcataplam Y nos demos con todo, entre llantos de guagua Para empezar de nuevo a cruzar las miradas Al necesario juego de la verdad dudada Al mundo repartido y sin vacas sagradas Nuestra tierra nos llama, la heredarán los niños Nuestra tierra nos llama, la heredarán los niños Nuestra tierra nos llama, la heredarán los niños Los muertos nos dan alas para elevar el alma