Venimos de un barrio perdido,
De un mapa embarrado,
De amargos caminos nutridos de hiel:
De Carabanchel.
Somos el son de la noche,
De vida un derroche,
Sonido fantoche que eriza la piel:
Testimonio fiel.
Compadre, en el parque de Eugenia
Dejamos la huella,
En el cerro, en las cruces,
Recuerdo las luces
Del barrio de Aluche
Que desde la cárcel se podían ver,
Y el bar del Atila,
Y el parque del Calcos,
Añoro los días pasados en bancos,
Tomando, cantando, charlando, soñando
Nos vieron crecer.
Pero ahora ¿Qué?
Vuelve a extender las alas ¡sueña!
Que los años se adueñan de tu ser,
Si te vas.
Rompe las rejas del pasado
Y camina a nuestro lado, volveré,
Si tú estás.
Mira, la calle no está muerta,
Se está echando la siesta
Y eres tú quien la va a despertar,
Resucitar.
Venimos del duro Iturralde,
El sudor y la sangre
No fueron en balde
Si aún sigues en pie.
No vas a caer.
Fuimos la piña perfecta,
La fiesta selecta,
Canciones de gesta
Se harán del ayer,
Si el hoy vuelve a ser:
Desmadre inmortal, inaudito,
Que no quede en mito,
Que digan los libros de historia
Que fuimos un hito
Y cambiamos el rumbo, y el ritmo,
Y quisimos nacer.
Compadre, si aún esta guitarra
Se aferra y se amarra
A los años del mundo
Y olvida, a la par, las efímeras garras
Que antaño pudieran, quizá, enfurecer,
Pues tú también.
Vuelve a extender las alas ¡sueña!
Que los años se adueñan de tu ser,
Si te vas.
Rompe las rejas del pasado
Y camina a nuestro lado, volveré,
Si tú estás.
Mira, la calle no está muerta,
Se está echando la siesta
Y eres tú quien la va a despertar,
Resucitar.
Vuelve a extender las alas ¡sueña!
Que los años se adueñan de tu ser,
Si te vas.
Rompe las rejas del pasado
Y camina a nuestro lado, volveré,
Si tú estás.
Mira, la calle no está muerta,
Se está echando la siesta
Y eres tú quien la va a despertar,
Resucitar.