Discurre entre los pliegues de mis gráciles cortinas, Consigue dócilmente penetrar en mi retina, Recubre con su cuerpo tenuemente mi aposento, Parece por su tiento una dinámica anodina, Pero todas las mañanas se avecina, Y embadurna con su ungüento cada impenetrable esquina, La fina luz del alba se aproxima y me despierta, Mi espíritu se alienta y mi latir se manifiesta. Lentamente me doy cuenta de la ausencia de la noche, Me levanto sin reproche y agradezco a la alborada que se Preste cada día a personarse en mi ventana y regalarme su presencia. Otro día en este mundo genuino y fascinante, Otra oportunidad para aprender a cada instante Que la vida es en esencia un incesante alud de amor. Otro día bajo el sol para aprender a despojarme de Los juicios, los prejuicios, la ignorancia y el rencor, Otro día para hallar en la mirada de mi hermano la Verdad inconfundible de lo que hay en mi interior. En mi sangre se desata la pereza y la desidia y Se nubla mi entereza cuando me posee la envidia, A veces me atraviesa un insufrible mundo opaco, Me derrumbo, me machaco y flirteo con la insidia. Sé que a veces he tratado con perfidia a mis hermanos, Soy un simple ser humano y como tal, Un ser que lidia con su mente alborotada, Su apatía y su inconsciencia, No me excuso en estas líneas, disculpad tal apariencia. Sólo quiero dejar claro que no existe diferencia entre nosotros, Que todos nos sentimos discontinuamente rotos, Y conviene que no obviemos que no existe copiloto en este viaje. Que al fin y al cabo es uno quien acepta sus herrajes, Y del mismo modo es uno quien precisa Desprenderse y regresar a lo salvaje. Otro día en este mundo genuino y fascinante, Otra oportunidad para aprender a cada instante Que la vida es en esencia un incesante alud de amor. Otro día bajo el sol para aprender a despojarme de Los juicios, los prejuicios, la ignorancia y el rencor, Otro día para hallar en la mirada de mi hermano la Verdad inconfundible de lo que hay en mi interior. Otro día en este mundo genuino y fascinante, Otra oportunidad para aprender a cada instante Que la vida es en esencia un incesante alud de amor.