Hay una mujer que puede sanar mis males Y basta escuchar su canto para sanar, Dejé todo atrás para buscar en estos mares Pero ella es sirena y yo un simple mortal. No sé nadar, no sé nadar, ella es sirena y no sé nadar. El alma se va cansando de harto pecado, Son tantos que ya no sé a quien pedir perdón. La poca fé que me queda estira los dados Y dejar que la suerte me lleve a tu corazón. No sé nadar, no sé nadar, ella es sirena y no sé nadar, No sé nadar, no sé nadar, ella es sirena y no sé nadar. Usé la doctrina de Buda, Cristo y Mahoma, Palabras que entre las olas se perderán, Pero mi nuevo amuleto será tu aroma Y con un besito me llevas al más allá. No sé nadar, no sé nadar, ella es sirena y no sé nadar. No sé nadar, no sé nadar, ella es sirena y no sé nadar.