Te cuidé desde que me conozco, De día y noche, Dios sabe que me esmeré En alimentarte bien Yo te cuidé. Dices que he podido desatarte, Darte más espacio No me hagas recordar Cada vez que en ti confié Alguien salió malherido. Yo no pedí ser tu guardián No sé ni cómo llegué aquí (...) Pero ahora estoy aquí (...) Pero aquí estamos los dos. Te cuidé, sobre todo de ti mismo Y, sin embargo, Ahora quieres escapar ¿Qué esperas encontrar? Y es que, mírate Al espejo de mis ojos: Eres un monstruo ¿Dónde te vas a esconder después? Ya está la gente buena afuera Huele bien cuando la leña empieza a arder (...) Oye su crepitar (...) ¿Quieres probar el fuego? Ahora bien Soy yo quien está atado De pies y manos Algo te quiero pedir Y te lo pido por tu bien: Cuida de mí. Traen sus miradas afiladas ¡Ay de mí! ¿Nunca se cansan de reír? (...) De mí (...) De mí. (...) De mí. (...) De mí.