La clementina ilumina La callecita a su paso Las flores de su cabello Huelen igual que en el campo Cruzando toda la villa Se va mirando en los charcos Entre las piedras peligra El equilibrio en sus tacos Como si fuera de lata La luna entre los guijarros Delante de ella ilumina La callecita doblando En una de esas esquinas, esquinas La espera el Juan con un ramo, un ramo De florecitas celestes, celestes Que huelen como en el campo ¡Ay, qué difícil parece A veces, seguir soñando Con una casita blanca Que tenga el sol en el patio! Los dos vinieron de lejos Y tantas cosas dejaron Para intentar que ese sueño Sea verdad con trabajo La clementina se enciende Como un farol en el campo Cuando se encuentra con Juan Y él le regala su ramo Siente que tocan el cielo, el cielo Cuando se tocan sus manos, sus manos Entre las flores celestes, celestes Que huelen como en el campo Y entonces sabe por qué Se puede seguir soñando Se puede, se puede Se puede, se debe Se debe, se debe Se debe, se puede, se puede, se puede Se puede, se debe, se debe, se debe Se debe y se puede, se puede, se puede Se puede, se debe, se debe, se debe Se debe, se puede