Me voy quedando ciego La luz titila en mis huesos, Sólo la noche derrama Su esperanza en el silencio, Dorado, herido Por lunas que pasan cantando. Me voy quedando solo Lejos del cielo y el tiempo, Entre huellas desoladas Sin mujeres y sin perros Que huelen los rastros Por donde transitan los sueños. A veces no sé quien soy, La lanza de mi silbido Va alborotando recuerdos Desenredando caminos, Mientras mi risa Cae en el abismo. Me voy quedando huraño Embalsamando destinos. No me arrepiento de nada El bien y el mal son olvidos, Estuches del aire que guardan La pena y el grito. Me voy quedando libre Sin arribos ni regresos. Está sobrando el alma Para cantarle a los huesos, Curiosos de rumbos Que linden sabores eternos.