Tu piel despierta sensaciones de lujuria Tu suave voz va encarcelando los oídos Los pensamientos de impudicias y de furia Van alterando poco a poco los sentidos El paso firme de tu belleza inconciente Dictatorial en el mercado de los sueños El viento dócil de tu andar indiferente Incansable instigador de la obsesión de ser tu dueño Celos, cuando el reloj no se detiene de repente Cuando el pasado se niega a ser presente Para quedarme en tí por una eternidad Tengo celos del sol que se posa en tu piel de madrugada De cada punto que entretiene tu mirada De los deseos que provocas al andar Como una ola que golpea y va creciendo Como una hoja empujada por el viento Es tu codicia tempestad que va surgiendo Así conduces sin piedad mis sentimientos Vas sometiendo mi ceguera sin clemencia Vas arrastrando a mi cariño hacia tu puerta Me siento en celo y he perdido la consciencia Soy un pájara enjaulado con el alma casi muerta Celos, cuando el reloj no se detiene de repente Cuando el pasado se niega a ser presente Para quedarme en tí por una eternidad Tengo celos del sol que se posa en tu piel de madrugada De cada punto que entretiene tu mirada De los deseos que provocas al andar Tengo celos