Es un lugar extraño, el sitio dónde vivímos Las cosas que vemos diario, que cruzan nuestro camino. Construímos toda una sociedad, dos agujas dentro de un gran pajar. Los fuegos artificiales, el día que nos conocimos Llegaron a las estrellas, bajaron a nuestro nido. El destino llega sin avisar, ¡una vez que empiezan no hay marcha atrás! De los árboles, a la catedral Hasta que nuestras alas se fundan en una canción fugaz Hasta que los sonidos del día terminen y no haya más Hasta que sea hora de regresar y volver, y volar a casa. Y mientras los días pasan, y la vela se consume Lo que ahora nos subdivide, también es lo que nos une. En un mundo dónde ya no hay rencor Sólo queda tiempo para el amor. De los árboles, a la catedral Hasta que nuestras alas se fundan en una canción fugaz Hasta que los sonidos del día terminen y no haya más Hasta que las palabras se fundan en una oración final Hasta que sea hora de regresar y volver, y volar a casa.