En una de las calles, más lejanas del sueño La más confusa y apagada, donde las sombras se erizan Y los miedos se palpan, hay un rincón de café Sorbiendo a tragos el olvido Trazando penas de papel Borrando nombres y apellidos Está un cadáver de mujer Bailando con fantasmas, vestidos de negro Vendiendo el sexo a placer, fumando la absurda Tonada de un necio, rompiendo bocas de un revés Tejiendo muerta telarañas Guardando lutos por hacer Odiando el llanto de una virgen Está un cadáver de mujer Tejiendo muerta telarañas, guardando lutos por hacer Odiando el llanto de una virgen, está un cadáver de mujer... Con más de un siglo después