Una estrella se deshoja en el cielo claro Cae su luz sobre mis ojos desde el infinito Ilumina su recuerdo junto a mis hermanos Y es un fuego el universo que se cae a gritos Es la sangre que me empuja todos los veranos Este impulso de latido de vidala mansa Y me acuna las canciones que yo voy cantando Y destierra con su lumbre la desesperanza Es por eso que te cuento dónde van mis sueños Como pájaros sedientos navegando olvidos Voy buscando el horizonte desplegando vuelo En las alas va el recuerdo de mi bien querido Pero a veces la distancia juega su partida Y penetra por la espalda su cuchillo frío Se me ahogan las palabras en un mar de espinas No hay estrellas ni canciones en el cielo mío Pero vuelvo amanecido mirando a febrero Y su río de palomas me enharina el alma En las coplas voy volviendo a renacer de nuevo Corazón chayero que anda, vibra y me da calma Qué sería de nosotros sin los carnavales Sin mirarnos para adentro socavando penas Sin traer a la memoria coplas ancestrales Reeditando nuestra historia quemando quimeras Es la siesta que me dio su condición de trino Los domingos contemplando las calles vacías Sin querer se fue gestando todo mi destino En las manos de mi abuelo y su mirada tibia Ya me voy hacia el invierno renovado y fuerte Ya se terminó febrero, ya curé mis días Yo me llevo este deseo de volver a verte Y esta suerte de cantarte pa'curar heridas Larala, Larala, Larala...