Siempre estaba atornillado y Hasta un poco acostumbrado al error Y la mentira Y salió a apuñalar sin razón sin piedad Por la espalda a un corazón Pobre gil que no entendió El poder de la rutina Y el absurdo lo mandó, lo empujó, lo arrastró Indefenso a la banquina Con los hombros empujó Levantando la solapa Masticando las palabras Que un suspiro le arrancó Que las horas le hacen falta Que su ausencia es lo mejor Que capaz fue la costumbre Que engaño a su corazón Y la luna se paró Justo enfrente de su casa Anunciando que era hora De viajar en soledad Y la luna se paró Justo enfrente de su casa Anunciando que era hora De viajar en soledad Y la luna se paró Justo enfrente de su casa Anunciando que era hora De viajar en soledad Y la luna se paró Justo enfrente de su casa Anunciando que era hora De viajar en soledad De viajar en soledad De viajar en soledad