Se bajó en la estación de aquel pueblito Caminó por sus calles aterida Recordó las palabras de su padre "Es tan claro ese cielo de Mantilla" Las casitas apenas dibujadas Atardecen grisáceas y cansinas En hilera debajo de los árboles Todas son para ella parecidas La que está en la cortada justo al lado Del enorme almacén que da a la esquina Es la nuestra raquel, llame a su puerta Y pregunte si están marga o dorita Usted sabe de ellas, las ha visto En las fotos que guardo de esos días Son mis buenas hermanas, las mayores Dígales que las quiero tanto, hija Llámeme para adentro a cada paso Llámeme con el alma, hijita mía Tráigame si es que puede cuando vuelva Un poquito de tierra de mantilla Con los ojos cerrados se ha quedado Aspirando ese olor a mandarinas ¡Ay! Qué lejos que queda buenos aires De este cielo infinito de mantilla Los amigos de ayer decía su padre Se juntaban de noche en la cantina Y jugaban al truco hasta el cansancio Tal vez sigan allí como esos días Cuando llegue pregunte por el nacho Pídale que le cante, niña mía Nunca habrá de encontrar cantor como ese Chamamé del mejor, qué maravilla He venido a buscarlo en su pueblito A llevarle la tierra que quería La promesa he cumplido padre, piensa Aunque usted ya no esté para vivirla Y golpeó la puertita de la casa La salió a recibir la vieja tía Se perdió entre sus brazos sin palabras Bajo el cielo infinito de mantilla