Huyen de la tierra de sus padres Son muertes democráticas No les ampara ninguna bandera Ni saben ya lo que es la patria Sin avanzar ni retroceder Por la alambrada de mentes cerradas Llora la tierra al paso de sus pies Se rompen los caminos por los que marchan Huyen de la tierra de sus madres Los hijos de la guerra Y las hijas de la sangre Y ahora pierden el tiempo en fronteras Llaman a la puerta No hay nadie en casa No te pensamos abrir Llaman a la puerta No hay nadie en casa Pregunten lejos de aquí Donde tan solo pueda Llorar por ti Donde tan solo pueda... Sus zapatos nos hablan del camino Sus ojos de la guerra. Hambre y frío les maltrata en el camino, Tu ignorancia les condena. Abramos los ojos, seamos sinceros Cortemos los hilos del titiritero Escuchemos las voces que gritan al cielo Que por no tener ya no tienen ni miedo. Llaman a la puerta No hay nadie en casa Pregunten lejos de aquí Llaman a la puerta No hay nadie en casa No te pensamos abrir Llaman a la puerta No hay nadie en casa Pregunten lejos de aquí Dónde tan solo pueda Llorar por ti Dónde tan solo pueda... Se oye el llanto de un pueblo que grita y que no entiende nada Que pregunta por qué en su cielo llueven sangre y balas Que si todo los barcos sueñan con llegar a la playa Y si el frío que dejan las muertes lo cubren las mantas Y que quiere dejar de correr, olvidarse del hambre, ir a casa otra vez Que se acabe ya el odio y la rabia y dejar de llorar Llaman a la puerta No hay nadie en casa Pregunten lejos de aquí Llaman a la puerta No hay nadie en casa No te pensamos abrir Llaman a la puerta No hay nadie en casa Pregunten lejos de aquí Donde tan solo pueda Llorar por... Llaman a la puerta No hay nadie en casa Pregunten lejos de aquí Llaman a la puerta No hay nadie en casa No te pensamos abrir Llaman a la puerta No hay nadie en casa Pregunten lejos de aquí Dónde tan solo pueda Llorar por ti Donde tan solo pueda... Llorar por ti