Vivimos en una ciudad que tiene playa y huerta Donde nadie se priva del placer de naufragar. Cuando tu barco se pierda, sigue la luz del faro. Aquí mis músicas se hicieron viejitas de golpe Por eso tocan con un groove despreocupado Tienen un secreto que confiesan con las manos Un susurro que sueltan en voz alta Sin miedo, sin miedo Tienen un timbal en la garganta La pena les ha dejado una lágrima preciosa Que convierten en canto a cada paso Dónde metieron sus partituras Las perdieron con su vergüenza en el ocaso Les tiraron de la fiesta Porque querían silencio La gente hablaba Del son de sus versos Qué le van a hacer si son como son Si en vez de lengua y saliva, lengua y saliva, Lengua y saliva tienen dos baquetas La gente hablaba, hablaba, hablaba del son de sus versos Qué le van a hacer, qué le van a hacer, qué le van a hacer, Qué le van a hacer, qué le van a hacer