Te hablo, estrógeno del fuego Cayó como una cobra, Cubierta por enjambres de veneno Sus ojos son letales Y están muertos Son un ogro y una cigarra Ahora está en alquiler su alma Dejo de ser un cuento de esa calaña Y al límite bebió la sangre Que caía de su guadaña Causó vientos escándalos naranjas Pueblo tan aferrado de cucarachas Su sol, quemó las alas blancas En su espalda se hablaban Su semilla era una cálida balanza Una herida sembrada en la sal La luna Rescátame, sé el viento que me acompaña Juntos tal vez arrasaremos Con todas las semillas de la magra Su sol, quemó las alas blancas en su espalda Se habló del ser Cada esquirla era una cálida matanza Una herida sembrada en la sal La luna, sus cuerpos sedientos de espuma La luna