Siento el fuego de todo lo que no escribo Quemándome Siento el miedo de todo lo que no digo Cuestionándome Siento el peso de la indecisión cada día Empujando más en la dirección de un camino ajeno ¡Ay!, ¿qué sería de mí sin reírme De todo lo que nos robaron? Aunque somos el aliento Nos condenan a olvidar Que podemos ser lo que aún no fuimos Aunque nos devoren las máquinas Metrópolis va a funcionar ¡Ay, de mí!, si no me pudiera reír Del disfraz que nos oprime Invocando los sueños Moldeamos la tierra que vamos a caminar Despiertos, respiramos libres De todo lo que nos hunde el pecho