Necesito que me enseñes el camino, Estoy perdido y no sé cómo seguir. Necesito que me eches una mano, Desorientado, deja que me agarre a ti. Muchos se quedaron en el agua Y no encuentro fuerzas en mi cuerpo. Dime que valió la pena, hermano, Acabo de cruzar el mismo infierno. Necesito tu calor, ayúdame, No me obligues a volver atrás, Necesito libertad para escapar De esta cárcel de necesidad Y volver con las manos empapadas en miel A lavar el dolor de sus caras, ellos que confían en mi. Quiero cumplir esa promesa que hize al partir, La esperanza agoniza, se acaba y ellos confían en mí. Ayúdame... ayúdame.