Dulce vecino de la verde selva, Huésped eterno del abril florido, Vital aliento de la madre Venus, Céfiro blando; Si de mis ansias de mi amor supiste, Tú, que las quejas de mi voz llevaste, Oye, no temas, y a mi ninfa dile, Dile que muero. Filis un tiempo mi dolor sabía; Filis un tiempo mi dolor lloraba; Quísome un tiempo, mas ahora temo, Temo sus iras. Así los dioses con amor paterno, Así los cielos con amor benigno, Nieguen al tiempo que feliz volares Nieve a la tierra. Jamás el peso de la nube parda Cuando amanece en la elevada cumbre, Toque tus hombros ni su mal granizo Hiera tus alas. Dulce vecino de la verde selva, Huésped eterno del abril florido, Vital aliento de la madre Venus, Céfiro blando. Esteban Manuel de Villegas (1589–1669)