Hallaron a un hombre muerto Arriba de la ladera Le destrozaron el rostro Y lo cubrieron de piedras Deseaban sus asesinos Que no lo reconocieran Un niño gritó llorando Ese señor es mi padre Porque le miro en el brazo Tatuadas sus iniciales Por unas deudas de juego Lo mataron sus rivales El niño se fue del pueblo La muerte quedó olvidada Pasaron catorce años Un jinete regresaba Se le reflejaba el diablo Y la muerte en la mirada Se dirigió a la cantina Y le dijo al cantinero Quisiera que me llevaras Hasta una mesa de juego Pero yo quiero jugar Con los más ricos del pueblo A los hermanos Martínez Tahúres de aquel poblado Les corrieron avisar Que un fuereño había llegado Dijeron que lo pasaran Que al fin ya estaban jugando Jugaron toda la noche Y ya casi amaneciendo Les dijo voy a cobrarles Lo que me salen debiendo Pensaron que era una broma Pues él estaba perdiendo Yo fui testigo señores De aquella grande jugada Por no pagarle a mi padre Lo mataron a la mala Y ya no les dijo más Les dio un balazo en la cara