No hay momento de fingir Iluminando un cielo sin Bestias blancas (gris tal vez) sedientas de placer. El polvo sobra en la copa De vino enceguecedor, Que una vez me hizo creer que hay días sin Sol. ¿Cuántas veces comencé a sabiendas de perder? ¿Cuántas veces lo intenté a sabiendas de perder? ¿Cuántas veces comencé a sabiendas de perder? ¿Cuántas veces lo intenté a sabiendas de perder? Fauces deambulan delante de mi. Suéltame, déjame, déjame, déjame correr.