Todo el día extendió su mano a un pueblo contradictor Cuántas veces ha llamado a su duro corazón Y llamó y llamó a la puerta, no se oyó contestación Hasta que cansado y solo, Jesucristo se marchó Y cerraron sus oídos no quisieron escuchar La voz de predicadores que anunciaban la verdad Rechazaron todo el tiempo el mensaje del Señor Pisotearon su Palabra, despreciando así su amor Y siguieron la mentira, el camino del error Obedeciendo el consejo de su necio corazón Y cerraron sus oídos no quisieron escuchar La voz de predicadores que anunciaban la verdad En pos de las vanidades se fueron dejando a Dios Todos le menospreciaron, se reían de su perdón Con las manos extendidas se quedó nuestro Señor Esperando que aceptasen esa tierna invitación Y ahora vagan por las calles buscando la salvación Pero es demasiado tarde, ya la puerta se cerró Como tantas cosas cambian, se cambió la situación Se cumplió la profecía de la gran tribulación Lloran y crujen sus dientes, preguntando del Señor Pero todo es en vano, pues la Iglesia arrebató Y ahora vagan por las calles buscando la salvación Pero es demasiado tarde, ya la puerta se cerró Y ahora vagan por las calles buscando la salvación Pero es demasiado tarde, ya la puerta se cerró Y cerraron sus oídos no quisieron escuchar La voz de predicadores que anunciaban la verdad Y ahora vagan por las calles buscando la salvación Pero es demasiado tarde, ya la puerta se cerró