Una vez había un hombre en el camino Maltratado, mal herido y ya casi muerto Solo y con dolor No había nadie a su favor Sin esperanzas, el hombre herido permaneció De pronto, por ahí pasó un sacerdote, no le ayudó Paso un levita, no se conmovió, y aquel herido muy mal siguió Pero vino el samaritano De su caballo se despojó Levanta al hombre herido Y sus heridas, él las curó Confiar en el hombre Y en los amigos es un error Los amigos están contigo Cuando hay dinero, todo va mejor Y en los momentos de agonía Todos se marchan, nadie te ayuda Solamente mi Jesucristo puede ayudar ♪ ¡Ay del hombre! que sin Jesús está perdido Atropellado por el pecado, está caído Ni el hombre, ni la religión Ni ningún centro de rehabilitación Podrán sacarlo de la miseria y del error El hombre que tanto ha confiado En sus riquezas y en sus propias fuerzas En sus amigos y en su familia Y nada marcha, todo empeora Pero Cristo cuando al hombre llega Le da sosiego, seguridad Estableciéndolo en su reino Todos los días te cuidará Confía en el hombre Y en los amigos es un error Los amigos están contigo Cuando hay dinero, todo va mejor Y en los momentos de agonía Todos se marchan, nadie te ayuda Solamente mi Jesucristo puede ayudar Solamente mi Jesucristo puede ayudar