Tú que habitas al amparo del Altísimo Y resides a la sombra del Omnipotente, 2 dile al Señor: "Mi amparo, mi refugio, Mi Dios, en quien yo pongo mi confianza". 3 El te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia; 4 te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. 5 No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, 6 ni la peste que avanza en las Tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. 7 Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil, a tu derecha, Tú estarás fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura. 8 Basta que mires con tus ojos y verás cómo se le paga al impío. 9 Pero tú dices: "Mi amparo es el Señor", tú has hecho del Altísimo tu asilo. 10 La desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu tienda: 11 pues a los ángeles les ha ordenado Que te escolten en todos tus caminos. 12 En sus manos te habrán de sostener Para que no tropiece tu pie en alguna piedra; 13 andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones. 14 "Pues a mí se acogió, lo libraré, Lo protegeré, pues mi Nombre conoció. 15 Si me invoca, yo le responderé, Y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores. 16 Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda ver mi salvación".