Chico, no cambiarás, deja de joder Habría que ver las mentiras que te tragaste en tu niñez Lo que fue, no lo sé, pero seguro que Con tantos pajaritos en tu cerebrito gordas debieron ser. Y lo malo no es que te hagan volar, Lo peor es que sigas como un puto crío capaz de patalear Por cualquier novedad que te haga flipar, Que te mueras de rabia y que caiga quien caiga, la tengas que lograr. Sólo cuentas tú y sólo tú y nadie más que tú. Aquí tomas, aquí dejas tus caprichos en bandeja, Servidos con reverencias porque tú eres tú. Te crees de sangre azul muy por encima de la multitud, Presumiendo de grandezas, arqueando una de tus cejas, Robando a más de una estrella su luz. Chica ya cambiarás o es que no lo ves, Que tarde o temprano escaparán de tus manos tus armas de mujer Y no habrá capital que estire más tu piel, Cuando otra sin arrugas a tu nube se suba y te empuje después. Y entonces verás con exactitud Que no hay más riqueza que la paz que se queda donde hubo virtud. Y descubrirás, tras la cara, la cruz, Al contar las monedas entre las cortezas de tu juventud. Sólo cuentas tú y sólo tú y nadie más que tú. Aquí tomas, aquí dejas tus caprichos en bandeja, Servidos con reverencias porque tú eres tú. Te crees de sangre azul muy por encima de la multitud, Presumiendo de grandezas que atrapaste entre tus piernas, Robando a más de una estrella su luz.