Allá en los olivos, se oyó una plegaria De un hombre postrado en humilde oración, En ella imploraba al amparo divino; La angustia era amarga en su corazón. Cuando su plegaria termina con llanto Regresa, a los suyos viene a despertar. La hora es llegada, mi alma está triste, La muerte se acerca, levantaos ya". En soledad y en aquella amarga Agonía se dio por su amor; Solo ahí, con las aves formó su Concierto uniendo su voz. Así fue llevando a la cruz del calvario Y en ella el pecado de la humanidad; Sus últimas frases fueron de bondad: "Perdónales Padre toda su maldad".