Entro como en sueños, todo irá bien. Como un laberinto de espinas Clavadas en la timidez de un cuerpo Que siempre espera volver a creer En la fuerza del deseo que vio, Ya caer a sus pies. Con el desenfreno, con el desprecio Como una lágrima de una madre que ve A su hijo partir hacia el fin. Con el desenfreno, con el desprecio Como una lágrima de una madre que ve... De la mano de un niño sin rostro y sin fe. De la mano de un niño sin fe y sin piedad.