... En el centro del gran bosque un viejo palacio aguarda, erguido sobre las nieblas, sepultado entre las ramas. Un extraño ser lo habita hice una canción extraña. Por las sobras de Carcosa yo persigo al que cantaba. Cuando pensaba alcanzarlo como un dios se disipaba, así se me fue la noche, así huyó la madrugada. Vino al fin la luz del día llegó la verdad del alba, y oculto entre unas raíces pude ver al que cantaba: una enorme cornamenta de ciervo lo coronaba. tañe un laüd antiguo, guarda nieve en su mirada. ... Cayó el sol con mi llegada como una espada de bronce el silencio y la mañana,. Yo quería decir algo, yo no supe decir nada; perdí entonces la conciencia, desperté en mi misma cama,. Por los caminos de Hinvernia, por sus bosques y montañas, digo ahora mi canción, esperando su llamada. End.