Fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto. Tú reinabas detrás de la barra del único bar que vimos abierto... - Cántame una canción al oído y te pongo un cubata - Con una condición: que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata... Loco por conocer los secretos de tu dormitorio, esa noche canté al piano del amanecer todo mi repertorio. Los clientes del bar, uno a uno, se fueron marchando. Tú saliste a cerrar, yo me dije: "cuidado, chaval, te estás enamorando". Luego todo pasó, de repente, tu dedo en mi espalda dibujó un corazón y mi mano le correspondió debajo de tu falda... Caminito al hostal nos besamos en cada farola, era un pueblo con mar, yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola... Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una, y las dos y las tres, y desnudos al amanecer nos encontró la luna...