No tengo nada que ofrecerte Son tus ídolos la carne de cañón Como un delirio kamikaze Como el sueño eterno de Napoleón (...) Vivo en los campos amarillos Y, a decir verdad, no aguanto la ciudad Deambulo lento a la otra orilla Como el sueño enfermo de Napoleón Quemaré mis naves mas allá de Orión Antes de que empiece a ser como siempre todo es No dejo de equivocarme Sobreviviré sin ti Coplas me pides que cante Y yo solo sé decir: "ay, ay, ay, ay, ay" (...) No tengo nada que ofrecerte Si lo que deseas es humo y papel Sigo despierto y no amanece Es tu vino el que provoca nuestra sed Quemaré mis naves una y otra vez Antes de que empiece a ser como siempre todo es No dejo de equivocarme Sobreviviré sin ti Coplas me pides que cante Y yo solo sé decir: "ay, ay, ay, ay, ay"