Me dejo un arañazo como un río Esa mirada. Qué me sembró en el precipicio De las ganas, de los vicios. Estoy varado en las arenas que En estos días, solo sube la marea Cuando me mira, cuando se acerca Esa mujer me quema, me desordena La vida. Y es el poema de su carne, La brujería de sus huesos Es la mordida de la sangre, es el Olor es el deseo. Es que la veo y me entra un hambre Que desconoce juramentos Es la saliva de los mares, es la costura Del secreto. Es que quiero. Le dejo al ventanal de mi infinito El ceñid roto. Desorientado en el capricho de Sus ojos, encendidos. Estoy varado en las arenas, que en estos Dias, solo sube la marea cuando me mira, Cuando se acerca. Esa mujer me quema, me desordena la vida. Y es el poema de su carne, La brujería de sus huesos, Es la mordida de la sangre, es el olor Es el deseo. Es que la veo y me entra un hambre, Que desconoce juramentos Es la saliva de los mares, es la costura Del secreto. Es que quiero.