Como el fragmento de una metralla viaja Carne adentro, sin permiso y sin perdón. Te fuiste moviendo lentamente sin batalla, En silencio, de la piel al corazón. Y llegaste a un lugar donde hay sol y desabrigo. Te quisiste de epicentro, donde no hay camino atrás, Y serás al mismo tiempo el candor de la flor y El dolor del cristal. Y seré dentro del juego, presa y cazador. Según la marea, según el viento, pasa por Mis penas tu naufragio sin control. Y eres primavera, y eres el invierno, que Amar lleva a cuestas su contradicción. Y llegaste a un lugar donde hay transe y desvarío. Te quisiste de epicentro, donde no hay camino Atrás, y serás al mismo tiempo el calor del Amor, y el rencor de la sal. Y en mi voz eres ya la canción de un oleaje que se da, dentro Donde muerde el mar.