Nadie le dijo nada aquella mañana Despertó mudo su corazón Peor aún, ignoro que el espejo la ignoraba Todo corría como un día normal Nadie a quien llamar, nada que hablar Solo así, y el silencio sombrío de esta casa Dulce Ingenua Tímidos sus ojos como un telescopio Y aun así, cuando no pretenden nada Su belleza se delata Frágil como un maniquí Del día de su muerte no recuerda nada Moriría otra vez si se enterara Mientras aquí los que ya no somos nada La hemos visto reír con su juventud pausada Celebramos su llegada y por favor, nadie le diga nada, nada No se deja vencer, sigue poniendo azúcar al café Lo sospecha, pero golpea con esperanzas el reloj Dulce Ingenua Tímidos sus ojos como un telescopio Y aun así, cuando no pretenden nada Su belleza se delata Blanca como un maniquí Del día de su muerte no recuerda nada Moriría otra vez si se enterara Mientras aquí los que ya no somos nada La hemos visto reír con su juventud pausada Celebramos su llegada y por favor, nadie le diga nada