Con una mano en la pared Con la sonrisa del revés Y esa mirada de quien no podía o no sabía ver Suena otra vez esa canción Noches de whisky, de pasión Golpes en su piel se tatuaban de púrpura y dolor Una fuerza golpea su cara Escaleras caen sobre su espalda Cicatrices sin ninguna explicación Y olvido aquella niña que una vez Entre golpes y caricias Se convertiría en mujer Confundió entre lágrimas y alcohol Las palizas, las excusas Los insultos y el amor Pero un buen día comprendió Que no era sano aquel perdón Y aunque no podía y no sabía, buscó una solución Cogió tres cosas y marchó Atrás quedó aquella canción Y en su piel ya nada tatuaba, ya no hay tinta de dolor Ya no hay golpes en la madrugada No hay más lágrimas en sus mañanas Ya no hay gritos, ya no hay desesperación Y volvió aquella misma niña que Entre besos y caricias Soñaba con ser mujer Sonrió, salió a la calle y respiró Recordando viejos tiempos La victoria es su sabor ♪ Ya no hay golpes en la madrugada No hay más lágrimas en sus mañanas Ya no hay gritos, ya no hay desesperación Y volvió aquella misma niña que Entre besos y caricias Soñaba con ser mujer Sonrió, salió a la calle y respiró Recordando viejos tiempos La victoria es su sabor Y volvió aquella misma niña que Entre besos y caricias Soñaba con ser mujer Sonrió, salió a la calle y respiró Recordando viejos tiempos La victoria es su sabor