Reflexiones y tú, Siempre parte de todo lo que me habita, Vuela y grita cuanto vive en mí. La soledad no para de hechizarme Con su dulzura socarrona y su perfume gris. Las razones se ahuecan y agrietan el alma En una oscuridad desnatural; Desilusión, decapitado encanto, Por esa mítica felicidad boreal. No requiero vivir desmedido en inventos, Ni convertir, resignando el tiempo: Vida para vivir, queriendo más de ti. Si el amor no es capaz, milagroso y desierto, Terco y fugaz, un escape abierto: Vida para vivir, queriendo más de mí.